Qué piden en realidad los esposos al Papa y a los Obispos

fidelidadEn la audiencia sinodal del 16 de octubre, entre otros, dio su testimonio la familia Pulikowski (la sra. Jadwiga PULIKOWSKA y el sr. Jacek PULIKOWSKI, consultores del Consejo para la Pastoral de la Familia de la arquidiócesis de Poznan, Polonia), expresando ante el Papa y los Padres Sinodales, lo que los matrimonios católicos esperan de la Iglesia. Su hermoso testimonio vale nuestra consideración. Traduzco el texto del inglés (cuya versión original tanscribimos al final).

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Santidad, Padres Sinodales, hermanos y hermanas, nosotros venimos del país de san Juan Pablo II y de santa Faustina Kowalska, donde se originó el mensaje de la Divina Misericordia.

Somos una familia feliz, bendecida por Dios con muchos dones. El Señor nos dio mucho tiempo para servir a otras familias. Esperamos nuestro primer hijo casi doce años. Y ahora tenemos tres hijos. Este largo período de espera nos enseñó que cada hijo es un don real de Dios. Después del nacimiento de nuestra primera hija, dejé mi trabajo académico y por más de diez años permanecí en mi casa con nuestros hijos como madre a tiempo pleno. Fue un tiempo hermoso. Ahora que nuestros hijos están grandes y van dejando el hogar tenemos más tiempo para reforzar nuestro lazo matrimonial y para ayudar a otros matrimonios.

Estamos convencidos de que el trabajo de colaboración por las familias, el compartir diariamente la oración y la Eucaristía frecuente salvaron nuestro matrimonio de toda clase de crisis. Sentimos que representamos a las familias normales, que creen en Dios y son parte de la Iglesia Católica. La responsabilidad de las familias, como la nuestra, es defender a aquellos que sufren y mueren en el nombre de Cristo y oponernos a las ideologías que tratan de destruir nuestros matrimonios, nuestras familias y nuestros hijos.

Por eso desearíamos que el Sínodo de los Obispos aprecie y anime las siguientes personas y valores:

-los esposos que son fieles uno al otro y a Dios

-los matrimonios con numerosos hijos

-los maridos que son responsables

-las madres que aman a sus hijos

-las parejas casadas que no pueden concebir sus propios hijos pero rechazan métodos de fecundación contrarios a la ética

-aquellos que han sido abandonados por sus cónyuges pero se mantienen fieles a los votos matrimoniales sacramentales y viven solos

-los jóvenes que se preparan para el matrimonio y viven en castidad.

-todos aquellos que no han formado sus propias familias pero viven solos y son fieles a la enseñanza de la Iglesia

Querríamos que la Iglesia aumente su atención hacia los matrimonios en crisis. También querríamos que nuestra amada Iglesia se incline sobre los pecadores con amor y les diga, como hizo Jesús: “vete en paz, y en adelante no peques más” (Jn 8,11). Creemos firmemente que el único camino verdadero para ayudar a los pecadores es ayudarlos a convertirse a Dios y que no vuelvan a pecar. El retorno a la vida de castidad y al vínculo sacramental con Dios los ayudará a recuperar la felicidad plena en su vida y… en el cielo. Amen.

 

Traducción: P. Miguel Ángel Fuentes, IVE

 

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Sig.ra Jadwiga PULIKOWSKA e Sig. Jacek PULIKOWSKI, Consultori del Consiglio per la Pastorale della Famiglia dell’arcidiocesi di Poznań

[01778-EN.01] [Original text: English]

Your Holiness, Synod Fathers, brothers and sisters, we come from the country of Saint John Paul II and Saint Faustina Kowalska, country in which the message of the Divine Mercy originated.

We are a happy family blessed by God with many gifts. The Lord gave us a lot of time to serve other families. We waited for our first child for almost twelve years. And now we have three children. This long period of waiting taught us that every child is a real gift from God. After the birth of our first daughter, I finished my academic work and for more than ten years I stayed at home with our children as a full-time mother. It was a beautiful time. Now that our grown-up children are leaving home we have more time for strengthening our marriage bond as well as for helping other marriages.

We are convinced that collaborative work for the families, a shared daily prayer and frequent Eucharist saved our marriage from all kinds of crises. We feel that we represent normal families, which believe in God and are part of the Catholic Church. The responsibility of families, like ours, is to defend those who suffer and die in the name of Christ and oppose those ideologies which try to destroy our marriages, families and children.

Therefore, we would like the Synod of Bishops to appreciate and encourage the following people and values:

– spouses who are faithful to each other and to God

– marriages raising many children

– responsible husbands

– mothers loving their children

– married couples who cannot have their own children but reject unethical methods of conception

– those who are left by their spouses but are still faithful to the sacramental wedding vows and live alone

– young people preparing for marriage and living in chastity

– all of those who did not start their own families but live alone and are faithful to the teaching of the Church.

We would like the Church to take even greater care of the marriages in crisis. We would also like our beloved Church to lean over the sinners with love and say to them, just like Jesus said, ‘Go your way, and from now on do not sin again’ ( Jn 8:11). We strongly believe that the only true way to help sinners is to help them convert to God and not sin again. The return to the life in chastity and to the sacramental bond with God will help them recover complete happiness in this life and… in heaven. Amen.

[01778-EN.01] [Original text: English]

2 comentarios

  1. Silvia Rosa Gonzalez

    El matrimonio, fiel y cariñoso ,es garantía para hijos felices.

  2. Gracias por mantener la información de matrimonios y sus testimonios. Esto no se publica en la prensa, sólo las distorsiones de lo que realmente se elabora en este Sínodo. Es muy importante multiplicar estos ejemplos en una cultura globalmente analfabeta de lo que es el matrimonio católico. Es una situación de crisis que el papa ha estado iluminando en las catequesis. Hay que promover más estos testimonios para vencer!

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